Monday, April 16, 2018

Lineas sobre la tierra 1










David Taylor, Boundary Monument No. 210, 2009. From the series Working the Line

El tratado de Guadalupe-Hidalgo ponía fin a la guerra méxico-estadounidense y establecía unos nuevos limites geográficos entre ambos estados: desde el Rio Grande (en México: Rio Bravo del Norte) hasta El Paso (actual Ciudad-Juarez- El Paso), de ahí al rio Gila y canal del rio Colorado para seguir la división ya establecida anteriormente por España entre la Alta y la Baja California.

En 1849, un año después del fin de la guerra, se ponían en marcha los trabajos conjuntos para la delimitación fisica de una frontera. El replanteamiento se realizo por dos equipos, estadounidense y mexicano, que trazaron de manera coordinada sobre el territorio una frontera definida por una serie de mojones o “monumentos”, numerados del 1 al 250, de manera que desde cada uno podría localizarse el siguiente, dibujando sobre el territorio una linea poligonal imaginaria.

La comisión estadounidense estaba dirigida por John Russell Bartlett, explorador, divulgador y narrador de aventuras, aunque muchos en el equipo consideraban que su interés en la comisión residía mas en escribir un libro de éxito que en solucionar un levantamiento. La tarea recayó básicamente sobre su sucesor,, William Hemsley Emory, un eficiente y entregado militar. El equipo mexicano estaba dirigido por José Salazar Ilarregui, un funcionario que a la sazón contaba solo con 25 años, comprometido con la tarea hasta el punto de resolver pagos y costes con su propio dinero.

La tarea está explendidamente narrada en el capitulo 1 del excelente libro Why Walls won’t Work-Repairing the US-Mexico Divide, de Michael Dear (hasta la fecha solo en inglés), del que se han tomado muchos datos para este texto. Dear recorrió en varias ocasiones el trazado fronterizo , localizando y documentando los monumentos originales y describiendo los sucesivos cambios en el paisaje. Para el autor, tanto Emory como Salazar Ilarregui (al que denomina “Ylarregui”, aunque aquí se ha seguido su denominación mexicana) adquieren el papel de verdaderos héroes míticos.

El levantamiento se realizó en tres fases, no linealmente sucesivas, sino determinadas por su dificultad. Las comisiones empezaron sus trabajos el 6 de julio de 1849 en la costa del Pacífico, justo al sur de San Diego no muy lejano al rancho de la tía Juana (futura Tijuana) Luz Maria Oralia detalla el procedimiento acordado entre ambas comisiones para fijar el punto de partida: a) Trabajarían de manera independiente para determinar las coordenadas geográficas de los extremos de la Iínea. b) Determinarían el azimut de la misma, a uno y otro extremo de la Iínea. c) Localizarían el punto más central del puerto de San Diego, y hecho esto, d) Medirían la legua marina que se mencionaba en el Tratado.

Pronto surgió un espíritu de colaboración entre ambas comisiones, que resolvian a menudo sus diferentes mediciones partiendo por la mitad las diferencias, a fin de evitar interminables discusiones en mesas de negociaciones. El equipo mexicano poseía un instrumental técnico de inferior calidad (parece ser que les estafaron en el envío desde Paris), que a menudo repercutía en el tiempo necesario para las mediciones. Los equipos verificaban sus mediciones, resolvían las diferencias y erguían unos mojones preparados, de mármol o de fundición. Se instalaron 7 mojones entre el el Pacifico y el Rio Colorado. Aunque se consideró este numero suficiente, cuando las separaciones eran excesivas se levantaban montículos de piedra, a modo de hitos intermedios.

La segunda fase se levantó a lo largo del Rio Colorado, donde surgieron muchas dificultades: en muchos puntos el rio se abría y separaba en muchos ramales, de manera que era muy dificil precisar el cauce principal, eje de separación. Los terrenos fluviales, arenosos e inestables (formando dunas en la desembocadora del rio), dificultaban la colocación de mojones. La tercera y última parte, entre El Paso y el Rio Colorado se desarrolló en 1855, entre El Paso y el rio Colorado, relativamente mas rápida que las dos anteriores, por contar ya ambos equipos con una mayor experiencia previa.


Finalmente, ambos equipos emitieron sus respectivos informes. En junio de 1856, Salazar y Emery se reunen en Washington, donde acordaron realizar un doble juego de mapas (uno para cada gobierno) en dos series, a dos escalas distintas: una cartografía general (4 planos a escala 1/600.000) y una cartografía de detalle (54 planos, a escala 1/30.000 en California y 1 /60.000 en el resto). Los planos originales mejicanos se conservan en la Mapoteca Manuel Orozco y Berra, Ciudad de México., mientras que los estadounidenses están depositados en los National Archives de Maryland (NARA). Segun Dear, son planos diferentes, mientras que Luz Maria Oralia Tamayo, del Instituto de Geografía de la UNAM sostiene que se manejan los mismos planos base, pero con distintas anotaciones en los dos idiomas en ambas versiones.

(texto: RG)


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